domingo, 30 de enero de 2011

"O fumas, o eres Presidente. Pero las dos cosas no"


¿Quién iba a pensar que la decisión de ser candidato presidencial de uno de los países más poderosos del mundo, empezó pasando por el filtro de la condición cuaimil de dejar el cigarro?

Pues así fue. Cuando Barack Obama se dispuso a contarle a su esposa, Michelle Obama, que quería ser el candidato demócrata para las elecciones presidenciales de Estados Unidos, ésta sin vacilar le soltó esa perlita: "Mira tú, muy chévere tus aspiraciones pero ¿sabes qué? el cigarrito me lo dejas. Porque o sigues fumando o eres candidato, pero las dos cosas NO".

Y es que debo confesar que me gusta más leer sobre las esposas de los presidentes que sobre ellos mismos, y la razón no es muy elaborada: Una mujer tiene que estar detrás de todo eso. Así de sencillo. De tal modo, que me dispuse a leer la biografía de Michelle Obama, quién resultó no menos que una cuaima con todas las de la ley y cuyo mayor defecto, es no saber perder.

Miren que esta mujer se ha ganado el sobrenombre de "su otra amarga mitad" -refiriéndose a Obama- porque no se queda callada. "Mira, Barack será muy Senador y todo -cuando era Senador de Illinois- pero aquí en la casa es mi esposo, y tiene que recoger las medias, la ropa, y cambiarle la arena al gato". Entonces me puse a pensar en todos los hombres de mi familia, muy especialmente el que no recoge su ropa, y no vengas tú, que Barack muy Senador y todo, con 4,000 votos que lo respaldaron (hace 10 años), recoge su ropita, y ahora como Presidente de USA, de vez en cuando le lleva flores a su esposa en la Casa Blanca.

Si Obama, con dos guerras encima, los gays que quieren entrar al ejército, la crisis mundial, la reforma del sistema de salud y administrar el país que inventó Google y Facebook, tiene tiempo para pensar en un detalle para con su esposa, ¿por qué, señora, su esposo que trabaja de 8:00am a 5:00pm en un escritorio, no lo tiene? Calcule usted, que el tiempo (o la falta de) no es excusa.

Lo que más me sorprende de Michelle-O es que no conforme con que se dio el lujo de estudiar su pregrado en Princeton y el postgrado en Harvard (siendo negrita y de clase trabajadora, saca la cuenta) llegó a ser chiva en una de las firmas de abogados más prestigiosas de Chicago en donde conoció a Obama y de donde después renunciaría, para dedicarse al servicio social y ganar 3 veces menos de lo que ganaba como abogada porque sencillamente, su trabajo, no la hacía feliz.

Lo cierto es que uno puede pensar que la actual pareja presidencial, se conoció con bombos y platillos, tomando el té, tropezando en un Museo cual novela, estudiando juntos o haciendo algo culturoso. No como una que los conoce en "una rumba" en el mejor de los casos, se agrega a Facebook, lo sigue en Twitter y el amor surge.

Pero, Los Obama no se conocieron así. Resulta que ella era su jefe y él era el empleado y que cual empleado atacón, Barack le empezó a echar los perros y ella lo empezó a rebotar de lo lindo. Es más, como buena cuaima, empezó a cuadrarle a unas amigas de ella como para que, ustedes saben, el tipo dejara la ladilla.

Los Obamas se empataron. Ella lo vió hablando en una comunidad y se enamoró. Y es que claro, labia no le falta al susodicho. Y así empezaron. Ella renunció, se dedicó al servicio comunitario y él siguió trabajando en la firma, pero el hombre nada que se enseriaba.

Hasta que un buen día Michelle, se decidió, y habló. Porque miren, una se cansa se esperar, y así mismito una noche cenando, sacó las garras y se lo dijo: "Mira, Barack, yo no soy mujer de andar de noviecita para siempre. Quiero que te quede claro. El tiempo se pasa. Y yo no veo que esto esté agarrando forma". Así, sin más ni más. ¿Cuánto le ha costado a usted bella dama decirle a su esposo o a su novio lo que usted piensa? ¿No es más fácil hablar claro?

Y así llegó el postre a la mesa de Los Obama y Barack, callaíto. Ni pío decía. El postre traía adentro el anillo de compromiso. Lo que ella no sabía, era todo lo que venía en el combo con ese anillo. El resto de la historia, ya ustedes la conocen.

viernes, 21 de enero de 2011

Lo que no te dijeron del invierno: Ropa interior In(fernal)vernal


Pues indudablemente, Tina, Rafa y yo, caímos en el tema del que tanto nos atemoriza hablar. No, no son drogas, no es el acohol, no son los ex, no son las relaciones con nuestros padres, ni el frío. No. Es la ropa interior de invierno. Su "segunda piel" en el frío. La "tierra prometida" del calor. Su armadura contra los ácaros (que es lo único que azota a Montréal, un problemón horroroso).

Es que con ropa interior in(fernal)vernal.... ¿Quién contra usted? Y en serio, ¿quién se va a atrever a hacerle algo si tiene que atravesar 4 capas de ropa para hacerle daño?

Pero miren, Tina y yo somos venezolanas (de hecho los tres somos venezolanos, porque sólo nos juntamos para quejarnos, hablar de "chinazos", "peas", "atajaperros", y "CADIVI") y miren que una que nació en los 80, vino de la cultura del Didijin, del pantalón apretaíto, del jean que saca lo que tiene que sacar y que mete lo que tiene que meter. No importa que "el yin" no te deje respirar mamita, pero tu primero muerta que sin tus pantalones bien forraítos.

¿Cómo hace una que viene así sabrosona -o al menos eso pretende- a ponerse sus pantalones stretch en Montréal? Porque resulta que mientras más apretaítos, más frío, te cuento.

La fulana ropa interior esta, de la que hoy te hablo, es como un traje de buzo de algodón, de lana, o de algun otro material térmico que se pone encima de su ropa interior regular. Pueden costar desde 20 CAD hasta unos 150 CAD dependiendo de cuán exquisita se ponga usted.

Ahora bien, ¿cómo hace una que le gusta verse decente, con una pijama debajo de la ropa normal? Porque déjame actualizarte, NO HAY FORMA de que la ropa interior quede a la misma altura del jean. No. No. Te va a quedar más arriba, llevándote indefectiblemente a sacarte par de cauchitos.

Estoy segura de que el tema de la ropa interior es así en estos países fríos por lo mismo: porque son países FRÍOS. Calcula tu, si hubiese invierno en Venezuela. Ya seríamos el primer país exportador de ropa interior de invierno multifuncional para que te veas bien "mami". Por ejemplo:

1. El Palacio del Blummer tendría su propia línea de ropa interior de invierno: "Panty Candanga"

2. La parte de abajo te traería un bolsillo para esconder el Blackberry de los choros.

3. ... un bolsillo pa'l ticket del Metro. También otro para el pasaje.

4. El "conjuntico" te traería un complemento: un GORRO para cuando nieve, porque ese secado no se mantiene solito. No no.

5. Obviamente, no sabemos cómo, pero SEGURO que la parte de arriba (y capaz la de abajo) traería push-up.

6. The North Face y El Palacio del Blummer tendrían una alianza estratégica para incorporar el poder de la Panty Miranda a los "baselayers" de The North Face. Panza adentro, mamita.

El Guaire se congelaría y todos patinaríamos allí. Habría una cooperativa encargada de palear la nieve de tu casa, pero como es de "un pana" seguro te cobraría menos. Llamaríamos al trabajo "coye Jefe, hoy hace como frío, de pana que tengo cero ganas de ir hoy". Anochecería a las 4:00pm (como aquí) y todas las oficinas públicas cerrarían a esa hora "porque ya es de noche".

lunes, 17 de enero de 2011

Lo que no te dijeron del invierno

Llevo ya unos meses viviendo en Montréal con termostato venezolano. Se podrán imaginar. Lo cierto es que después de MILLONES de opiniones y advertencias sobre lo que sería el invierno canadiense (de gente que vive en Canadá, otra que no, otra que ha venido, y otra que sólo jode) les digo que la cosa no es tan mala. De pana que no es tan asiiiiiii la cosa. Salgo, rumbeo, estudio, voy al gimnasio y todo a cualquier temperatura.

Hasta ahora, todo cool.

Sin embargo, de todas las opiniones y sugerencias que me han hecho, NADIE nos adivirtió a Tina, Rafa y a mí un par de cosas. ¿Usted cree que el invierno es romántico? ¿Usted cree que el frío se le pasa comprando un café y usando un mug bien fashion? ¿Usted cree que la hermosa chaqueta CK que vió le va a servir para el frío? Pues no.

He aquí nuestras consideraciones del almuerzo de hoy:


1. El invierno NO ES ROMANTICO. No. Imagínese que tiene que usar 4 capas de ropa. ¿Quién en su sano juicio va a pensar que usted bella dama se ve sexy con 4 pulgadas más de diámetro? Comió más en navidad, usa 4 capas de topa, y un abrigo que sólo sirve para mantenerla "caliente". Créame, usted NO se verá sexy.

2. Digamos que usted se lanza una aventura romántica con el hombre de su vida. ¿Sabía usted que ni usted ni él podrán quitarse las medias? NUNCA! Aprenda a vivir con eso.

3. En el mismo orden de ideas: Cuando usted caballero abra la chaqueta de la dama, encontrará un sweater. Cuando quite el sweater, encontrará una camisa. Cuando abra los botones de la camisa, se encontrará con una de las cosas más abominables del invierno: La ropa interior de invierno (ya de eso hablaremos luego). Debajo de esa "ropa interior" (cuyo parecido más cercano es a un traje de buzo de algodón y poliéster) encontrará un sostén (si es que ya no se cansó usted). Y AHI esta la mujer (con suerte, esta bella dama no usará una faja, obvio, eso le añadirá otro paso más). Luego encontrará que la camisa está metida por dentro de la ropa interior de abajo. Pero ojo! Primero encontrará los jeans, los calentadores sobre las medias, y despuesssssssssss es que verá que hay una ropa interior de invierno, y después la ropa interior como el mundo occidental la conoce.

4. Hablemos de que su nariz va a gotear. Aprenda a vivir con ello, con que caminará y no sentirá cuándo su nariz gotea mientras el resto de la gente va a notarlo. Aprenda a vivir con que la nieve le va a echar a perder el maquillaje. Ni pierda el dinero en maquillaje caro.

5. Finalmente, olvídese de que va a textear, revisar el Blackberry, cambiar la canción del iPod o twittear. Con el uso de los guantes para -30 grados, usted será un perfecto inútil con las manos. Ni se va a acordar de sus gadgets (¿para qué? si tampoco podrá sacarlos de la cartera).

De todos modos, hay más consideraciones qué hacer, pero las haré en la próxima entrega.