miércoles, 9 de febrero de 2011

“Por su cumpleaños lo conoceréis”


Hoy vino una amiga a textearme preguntando que por qué el hombre con el que sale-está-se-resuelve, no le atendió el teléfono el día de su cumpleaños (a pesar de que lo llamó como 5 veces en distintas horas). Como un recordatorio de los buenos tiempos, vino esta niña a hacerme semejante pregunta. Casi segura de que alguna respuesta alentadora le iba a dar yo, tipo: “Ay, seguro se quedó sin batería, chica”, "Ay no, seguro está ocupado", "Ese te llama", pero no.

Y es que dicen que el conocimiento proviene de la experiencia, y con el pasar de los años, vine a elaborar una pequeña teoría que se llama “Por su cumpleaños lo conoceréis”.

Y no me refiero a su signo zodiacal, ni edad, ni carta astral. Me refiero a que las mujeres por lo general, tenemos un espacio en el cerebro reservado para almacenar cumpleaños y fechas especiales, que realmente nos ocupa neuronas que podrían ser utilizadas para otras cosas más útiles. También, ese mismo espacio guardamos fechas inútiles de toda inutilidad (como yo que sé cuándo cumpleaños Sandra Bullock, pero JAMAS me acuerdo de cuándo debo pagar la renta del celular).

Volviendo al punto. A mi amiga, tuve que realizarle una cadena de preguntas para poder explicarle luego mi teoría. Ojo, es sólo una teoría y no busco generalizar, porque seguro tu novio-pareja-resuelve no es así.

Probablemente, le expliqué a mi amiga, el fulano de tal esté huyendo de todas las mujeres que como tú, se acordaron de su cumpleaños. Sí. No fuiste tú solita mamita, fueron varias, déjame actualizarte. El fulano, no encontró mejor forma de evitar la molesta pregunta hecha 178238264876234782 veces ese día, de “¿Y qué vas a hacer hoy?” sino exterminando la fuente del problema: Apagando el celular.

Y es que claro, es demasiado inteligente, si a uno se le ocurriese, también lo haría. Total, la gente dejará su mensaje de voz y al final los escucharemos a todos sin tener que responderle a nadie. Así de pragmáticos son ellos. Así que, es muy probable amiga mía, que el amigo en cuestión haya mandado un email o PIN a sus panas más cercanos (que deben ser unos cinco) con unos días de antelación, para reunirse discretamente en un bar o local nocturno para luego encontrarse con la quiere proteger de las demás mujeres, o la elegida al azar para ese día. Así de sencillo. Sin mucho rollo.

Gracias a aquellos amigos, primos, y parejas que cada año, han apagado su celular y discretamente celebraron su natalicio para que de este modo, pueda yo corroborar y compartir mi teoría con ustedes para que no se den mala vida. Y no, no son todos, estos son un especimen distinto... Por lo general el que tiene mucho que ocultar. Paz.

sábado, 5 de febrero de 2011

No seas esclava, mija.

Hoy fue el Día de la No Esclavitud para mí. Después de presentar un examen de 4 horas en un idioma que no es el mío, pues me dediqué a dejar de ser esclava de mis gustos.

Y sí, no seas cara dura que tu también eres esclavo de algo. De tu estilo de vestir, de tus gustos, de tu trabajo, de tu casa, de tus hijos, de los estudios, de tu esposo, de tu esposa, de tu novio o novia, de tus padres, de tus metas, de tu pelo, de la cirugía plástica, de la dieta, del gimnasio, o del Blackberry.

¿Cuándo fue la última vez que dejaste de esclavizarte por algo? Más que esclavos, diría que somos presos de la rutina, o hasta de hacer algo distinto todos los días, porque miren que eso de "vivir la vida" quita energías, eso de pensar qué hacer al día siguiente o ver qué cocino, o ver qué me pongo porque voy a salir con alguien. Todo eso quita energías y no digas que no.

Lo cierto, es que mal no está, de vez en cuando, dejar todo a un lado, y pensar, dormir, mirar al techo, y tomar alguna decisión irresponsablemente sabrosa, sin pensar en el qué dirán. Y ya vendrás tú de sabrosita o sabrosito a decir que no te importa lo que digan los demás, pero en el fondo sabes que sí. Somos esclavos de lo que queremos escuchar de los otros.

¿Sabes qué? Si los presos que están presos de verdad-verdaíta, detrás de unas rejas pues, hacen cosas maravillosas. ¿Por qué nosotros que andamos como Pedro por su casa en la calle, esclavos de a dónde tenemos que ir, no lo hacemos? Les dejo este video de lo que hacen estos presos en Filipinas.