viernes, 10 de junio de 2011

El venezolano que se fue, el que se quiere ir y el que se queda


Basta darse un paseíto por Caracas o el interior para darse cuenta de que aquí conviven por lo menos 4 ó 5 venezuelas distintas.

Sin embargo, aquí sólo hablaré de la venezuela que conozco, la de mi círculo, la del profesional joven que quiere casa, carro, un buen trabajo y despegar profesionalmente.

Después de decenas de debates con mis amigos sobre el éxodo venezolano, sobre el emigrante de avión, llegué a una conclusión sobre los "tipos de venezolano" que se puede encontrar uno por ahí:

1. El que se fue: debo confesar que yo tenía una imagen muy negativa del venezolano que se iba. Imagen que cambió 180 grados después de haber vivido fuera y conocer venezolanos maravillosos, que me corroboraron que somos cálidos, que nos gusta ayudar al otro, y a los que uno puede decirle "ya vengo, voy a hacer pipí" sin que te vea raro como esa gente del primer mundo que sólo dice "permiso".

No serán todos, pero hablo desde mi experiencia, y pasar un diciembre con familias venezolanas, me recordó la clase de gente que somos.

Sin embargo, en esta categoría también entra el que tiene un par de años afuera y se convenció de la noche a la mañana de que en Venezuela solo habitan indígenas, que no saben nada del mainstream, no conocen el iPad, y que aún vivimos de la caza, la pesca y la recolección.

2. El que quiere irse: (inserte quejas diarias, despotricar del gobierno y del país) Vive quejándose por todo -con razones válidas- y dice que quiere "irse a donde sea" -donde sea que hablen español porque le da ladilla hablar otro idioma-. Un porcentaje muy bajo, ha averiguado realmente cómo irse, cómo obtener una carta de residencia, o piensa que "una oportunidad" le va a caer del cielo -como si Steve Jobs viniese a Caracas a hacerle una oferta de trabajo, con visado incluído-.

3. El que se queda: En esta categoría entra el que no puede irse o el que sencillamente cree que un mejor país es posible, y se queda luchando por ello.

También entre el que quiere irse y el que se queda, está el que despotrica del país pero por comodidad se queda, porque en el fondo sabe que afuera no tendrá carro (porque la gasolina no está subsidiada), no tendrá cachifa -porque cuestan un realero-, o no podrá ir a la peluquería dos veces por semana porque queda arruinada, porque tendrá que pagar una factura altísima de electricidad y agua, o porque tendrá que "pasar frío" y "allá no hay playa" (al menos en otros países, no debe haber tiroteos en las playas, digo yo).


Lo cierto es que nadie tiene derecho a criticar al que se va en búsqueda de más estabilidad y un país en donde no te maten por un blackberry, ni al que se queda creyendo en un mejor país. Creo que a los venezolanos nos gusta encontrar razones para dividirnos y criticarnos unos a otros. Ya dije ya.

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